Cansado.

Cansado de escuchar por todas partes que perdimos los valores en algún momento de nuestra evolución como país…. vaya usted a buscar si se lo dejó en el ultramarinos!. Ya puestos… cómpreme un cuarto y mitad de respeto, medio kilo de esfuerzo y dos docenas de responsabilidad.

Y nos quedamos tan tranquilos.

Y no digo que no. Esa es la triste realidad. Perdimos el sentido de la austeridad, nos descuidamos de los códigos del sentido común, la honradez…

 No sé cómo se recupera todo eso si no es por la senda de la necesidad. La necesidad de cambiar. De atender lo primero cuando es lo esencial, de conocer el término empatía, de saber perder, del todo no vale, de buscar nuestro espacio.

Y que cada uno lo busque donde pueda.

Pero que lo busque porque nos irá mejor a todos.

Donde yo encuentro mis valores es en mi familia. Especialmente en mi hija Inés que por algo este blog está escrito cuando sea mayor. Para que sepa que yo encuentro en ella:

El esfuerzo, cuando le cuesta entender y hacerse entender.

La honradez, por su inocencia, por su corazón.

La cooperación cuando le ayudamos y nos ayuda con su sonrisa en los días otoñales.

La sensibilización porque es distinta, y es igual. Y es igual.

El amor… porque toda ella es amor.

Aquí encuentro mi refugio de valores. Y no los cambio por nada del mundo.

… que como decía un entendido… hemos olvidado las palabras mágicas: lo siento, gracias y por favor. Pero ese es otro tema para otro post…

Gracias por cada instante que tengo por mi hija.

Lo siento, por mi simplicidad. No hay nada más mar de fondo. Soy así de simple.

Por favor, sigue luchando. Sigue buscando el lado divertido de vivir.

PD: después a todo esto ponle tu nombre… yo lo llamo #SíndromeUp pero que cada uno lo apellide como quiera.

 

Íñigo Alli